El Románico es el arte de la plena Edad Media y del Feudalismo. El estilo artístico se adapta a una sociedad ruralizada, inculta, controlada intelectualmente por la Iglesia. Por eso va a ser el arte de la irracionalidad, el oscurantismo y el misterio. Es un arte relacionado con la fe, surgido de una cultura teológica.
Existen una serie de rasgos culturales que determinan el estilo. El sentido de este mundo y de todos sus seres se encontraba en la religión. La teología es a la vez Física, Astronomía, Filosofía, etc. Todo lo humano está referido a lo divino. La Iglesia coacciona el pensamiento libre y desconfía de los individuos que se ponen a pensar por sí mismos y tratan de ver las cosas con “la luz de la razón”. Una luz más poderosa, la fe, lo iluminaba todo con suficiente claridad. Así vemos como el dogma religioso siempre produce irracionalidad y superstición, pero además produce la concepción de un mundo autoritario, inmutable, eterno y dogmático; algo que
estaba muy bien así y no había porqué cambiarlo.
El arte románico se caracterizo por contar con 4 etapas conocidas como: Primero Románico o Lombardo, Segundo Románico o Pleno, Tercero Románico o Italorrománico, el Románico del Gallego.
1. Primero Románico o Lombardo:
Denominado así por proceder de la Lombardía en el norte de Italia, región de la que como ya se ha comentado debieron de emigrar numerosos grupos de población a causa de las imposiciones de Carlomagno. Ya fuese por tierra o por mar o de ambas formas, el primer área peninsular a la que llegan estas gentes con sus habilidades edificativas fue la zona nordeste de la península.

Son varias las características que nos permitirán reconocer este modo de edificar. En primer lugar el material con los que están construidos, que básicamente corresponde al sencillo sillarejo apenas desbastado a maza y colocado a soga y tizón. La decoración escultórica brilla por su ausencia, siendo los motivos decorativos sencillamente geométricos: series de bandas sobresalientes en los muros a modo de pilastras llamadas lesenas, que junto con los arquillos ciegos bajo los aleros aportan un bello efecto de luces y sombras a los muros. En lo edificativo es frecuente el uso de bóvedas de arista y pilastras de triple esquina o pilares cruciformes en el caso de ser exentos. Presbiterio atrofiado y vanos con adintelados protegidos con arcos de descarga son sus detalles definitorios. También una pequeña orla de sillarejos alineada sobre el trasdos de los arcos, llamada "dobladura lombarda", muy utilizada en este estilo.
2. Segundo Románico o Pleno:
El gran éxito de la consolidación y difusión del Arte Románico vendrá impulsado por una labor reformista de la Iglesia Romana eficientemente vehiculada por la orden benedictina de Cluny. Cada nuevo monasterio contribuye a multiplicar el mensaje tanto por medio de la réplica de códices en sus escritorios como por el estímulo para edificar nuevas iglesias siguiendo un patrón común.

Este avance de la reforma gregoriana se manifestará por medio de un ingente número de iglesias que con su peculiar estilo proclaman alto y claro el triunfo del tandem Roma/Cluny.
Son templos cuajados de motivos decorativos, tanto escultóricos como pictóricos. Decoración en los muros, bajo los aleros, en los capiteles, en las ventanas, en las puertas de acceso; templos sin duda rebosantes de simbología. Todos estos elementos se aprovecharán para catequizar e instruir a un pueblo mayoritariamente analfabeto.
3. Tercero Románico o Italorrománico:
Es en este periodo cuando hay una mayor actividad en la fundación y edificación de monasterios cistercienses, considerados en ocasiones edificaciones protogóticas; pero que en opinión de Bango Torviso "No hay nada en esta arquitectura correspondiente al XII que pueda considerarse una novedad gótica, sino todo lo contrario. Son obras muy conservadoras respondiendo al espíritu de la Orden".

En lo escultórico, hallamos en esta fase tardorrománica una tendencia hacia el naturalismo con un retorno a modelos clásicos. Se piensa que sus autores conocieron el inicio del gótico francés y lo re interpretaron, generando bellas obras y creando escuela entre muchos seguidores ya en el XIII.
4. El Románico del Gállego:

Así definido por hallarse su núcleo principal sobre la orilla izquierda del río Gállego, entre Biescas y Sabiñánigo, al sur del puerto de Cotefablo contando con ejemplares en lo alto del Sobrepuerto de Biescas. A pesar de esta relativamente circunscrita localización de sus templos, también los hay alejados de este núcleo.

Sus formas son mayoritariamente lombardas. Con particularidades que los hacen únicos, excepcionales y merecedores de una subclase propia. Pero dentro del primer románico, con el que comparten la mayor parte de sus características formales. La particularidad que los diferencia son detalles decorativos atribuibles en buena parte a elementos prestados del islam, cono los vanos rehundidos en alfiz, o los campanarios al modo de los alminares desde los que se llama a la oración.